Porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 de Corintios 6:20)
Todos necesitan de la redención. Nuestra condición natural fue
caracterizada por la culpa: “Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios.” La redención de Cristo nos ha librado
de la culpa: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante
la redención que es en Cristo Jesús.”
Los beneficios de la redención incluyen la vida eterna (Apocalipsis
5:9-10), el perdón de los pecados (Efesios 1:7), la justificación
(Romanos 5:17), libertad de la maldición de la ley (Gálatas 3:13),
adopción dentro de la familia de Dios (Gálatas 4:5), liberación de la
esclavitud del pecado (Tito 2:14; 1 Pedro 1:14-18), paz con Dios
(Colosenses 1:18-20), y la morada permanente del Espíritu Santo (1
Corintios 6:19-20). Entonces, ser redimido es ser perdonado,
santificado, justificado, bendecido, liberado, adoptado y reconciliado.
(Ver también Salmos 130:7-8; Lucas 2:38; y Hechos 20:28).
La palabra redimir significa “comprar.” El término era usado
específicamente con referencia al pago de la libertad de un esclavo. La
aplicación de este término a la muerte de Cristo en la cruz, significa
exactamente eso. Si somos “redimidos,” entonces nuestra condición previa
era la de esclavitud. Dios ha pagado nuestra libertad, y ya no estamos
bajo la esclavitud del pecado o de la ley del Antiguo Testamento. Este
uso metafórico de la redención es la enseñanza de (Gálatas 3:13; y 4:5).
La palabra rescate está relacionada con el concepto cristiano de la redención. Jesús pagó el precio de nuestra liberación del pecado (Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:6). Su muerte fue ofrecida a cambio de nuestra vida. De hecho, la Escritura dice claramente que la redención sólo es posible “a través de Su sangre” (esto es, por Su muerte), (Colosenses 1:14).
La palabra rescate está relacionada con el concepto cristiano de la redención. Jesús pagó el precio de nuestra liberación del pecado (Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:6). Su muerte fue ofrecida a cambio de nuestra vida. De hecho, la Escritura dice claramente que la redención sólo es posible “a través de Su sangre” (esto es, por Su muerte), (Colosenses 1:14).
Los beneficios que alcanzamos por el sacrificio de Jesucristo. De acuerdo al lema de nuestra gran fiesta espiritual, cuyo tema es "EL PRECIO DE NUESTRA REDENCIÓN" y en base al texto señalado, que en su esencia establece "Comprados por precio", esto significa un pago y como consecuencia se establece un cambio de propietario, para lo cual el Sacrificio del Señor Jesucristo fue el preció que pagó por nuestra redención , es decir. Él realizó la compra nuestra, Él ahora es nuestro propietario. San Pablo no expresa precio, en cambio, San Pedro si lo hace cuando menciona que el precio de nuestro rescate fue el derramar su preciosa sangre, (1 de Pedro 1:18-19), San Mateo lo reafirma cuando dice que su vida dio en rescate nuestro (Mateo 20:28).
Desde la época de los primitivos cristianos entre otros mencionemos a los Corintios, ellos ya comprendían el valor del rescate, por eso nos invitan a que Glorifiquemos a Dios en vuestro corazón y espíritu, puesto que estas partes son de Dios.
Dicho sacrificio tiene su origen desde los tiempos bíblicos, en el libro del Levítico donde se mencionan los sacrificios que realizaban los hebreos; analicemos el Sacrificio de la expiación por el pecado, donde la víctima no era quemada sobre el altar, sino que una vez inmolada, ésta era colocada fuera del campamento y allí se quemaba, porque también un maldecido debería morir fuera ya que era execrado del pueblo. El quemar al animal expiatorio "fuera del campamento" simbolizaba la completa eliminación del pecado y en el Nuevo Testamento, esto se relaciona con el sufrimiento de Jesucristo (fuera de la puerta de Jerusalém) a fin de santificar a su pueblo mediante su sangre , esta ofrenda por el pecado, prefigura la muerte expiatoria de Cristo y que Él llevaría el castigo de los pecados de los seres humanos, si tomamos en cuenta el vocablo "saraph" podemos comprender más la esencia de este sacrificio, ya que la ofrenda se debería consumir por un fuego devorador, es decir, un fuego consumidor.
Con respecto al sacrificio del Holocausto, éste era quemado en el altar de bronce, el cual se ubicaba en el atrio del tabernáculo, cuando realizaban este holocausto.
Todo esto y mucho más han hecho el sacrificio de Cristo en la cruz del madero, Por lo que hermanos. Valoremos este sacrificio y vengamos a nuestra gran fiesta, en plena comunión con Dios y con nuestros hermanos, porque recuerde que participar en el sacrificio de Cristo es un requisito previo para ser glorificado con Él y alcanzar la vida eterna
¡Dios los bendiga!
Por: José Pino Rosario
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Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que según su grande
misericordia nos ha regenerado en esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos.
por la resurrección de Jesucristo de los muertos.
(1 de Pedro 1:3)
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